“ES POSIBLE QUE ESTÉN AQUÍ Y SIMPLEMENTE NO PODEMOS
VERLOS”
Con solo 27 años, en 1991 la británica se transformó en
la segunda mujer más joven en llegar al espacio, un sitial que le permite
afirmar con propiedad que hay más vida fuera de la Tierra.
En 1989, la vida de Helen Sharman (56) tuvo un inesperado
giro. Mientras se dirigía del trabajo a su casa escuchó en la radio un anuncio
sobre una selección de científicos británicos para una nueva misión espacial.
Tras un largo proceso, la doctora en Química fue seleccionada entre 13.000
candidatos para ser parte de un arduo proceso de entrenamiento que finalmente
la convirtieron en 1991 en la primera astronauta británica.
Oriunda de Sheffield, condado de Yorkshire del sur en
Inglaterra, y en entrevista con el diario The Guardian, Sharman no solo contó acerca de su infancia, cómo fue
su acercamiento con la ciencia y cuánto le costó sentir el reconocimiento por
ser la primera mujer de su país en salir al espacio exterior, sino también, que
creía firmemente en extraterrestres.
“Hay tantos miles de millones de estrellas en el Universo
que deben haber todo tipo de formas de vidas diferentes. ¿Serán como tú y yo,
compuestos de carbono y nitrógeno? Tal vez no”, dijo al matutino, agregando que
aunque, “es posible que estén aquí y ahora y simplemente no podemos verlos”.
Llegada al espacio
Sherman fue lanzada a la estación espacial Mir, el 18 de
mayo de 1991, a la cual se acopló dos días después y en la cual pasó un poco
más de siete días. La misión en la que trabajó, estaba centrada en las ciencias
de la vida, una de las especialidades de la científica.
Este acontecimiento le significó variados reconocimientos
posteriores como la “Excelentísima Orden del Imperio Británico”, otorgado por
la Reina Isabel II del Reino Unido, en 1992. Además, de publicar su libro
“Aprovechar el momento”, donde relata su experiencia y que busca motivar a los
jóvenes mostrándoles que nada es imposible.
En la entrevista, aseguró que “la autoconfianza y una
actitud positiva cambiaron mi vida”, reconociendo que tuvo miedo de postular a
la misión espacial y de que si lo hacía que no la llamaran. Pero recordó las
palabras que su madre solía decirle: “Si no intentas algo, nunca sabrás lo que
podría haber sucedido”. Frase que la motivaron a seguir trabajando, ya que “no
hacer nada es mi idea del infierno”.
Sharman fue, además de la primera astronauta británica en
llegar al espacio con sólo 27 años de edad, la segunda más joven del mundo en
lograrlo.
Actualmente la científica ha apoyado campañas para ayudar
a mejorar la educación científica en su país y trabaja en el Departamento de
Química del Imperial College de Londres como gerente de Operaciones. La Tercera
