UN
FRAGMENTO DESPRENDIDO DEL COMETA 169P/NEAT.
El fenómeno, más brillante que la luna
llena, se observó a las 23.06 horas y mostró varias explosiones a lo largo de
su trayectoria
Una espectacular bola de fuego, más brillante que la luna
llena, fue vista cruzar anoche España por el sur, este y centro, como
consecuencia del impacto contra la atmósfera de una roca a una velocidad de
unos 95.000 kilómetros por hora. El fenómeno, que fue visible a las 23.06
horas, mostró varias explosiones a lo largo de su trayectoria y fue contemplado
por multitud de personas desde Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía,
y captado por el complejo astronómico de La Hita, en Toledo, que hoy ha
informado del hecho.
La bola de fuego pudo ser grabada, además, por los
detectores que la Universidad de Huelva opera en varios puntos del país: Sevilla,
Huelva, el Observatorio de Sierra Nevada (Granada) y el Observatorio de Calar
Alto (Almería).
Estos detectores trabajan en el marco del proyecto SMART,
cuya finalidad es monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y
estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de
distintos objetos del sistema solar. Los datos recogidos por estos detectores
han sido analizados por el profesor José María Madiedo, investigador principal
del proyecto SMART.
Su estudio ha permitido determinar que la bola de fuego
sobrevoló el norte de África y que se produjo como consecuencia del impacto
contra la atmósfera de una roca a una velocidad de unos 95.000 kilómetros por
hora. Se ha podido establecer además que esta roca era un fragmento desprendido
del cometa 169P/NEAT. El brusco choque con la atmósfera elevó rápidamente la
temperatura de dicha roca y se inició así la bola de fuego a una altitud de
unos 107 kilómetros sobre Marruecos.
El fenómeno avanzó entonces en dirección noroeste, alcanzando
una altura final de unos 74 kilómetros, hasta que en ese punto la roca quedó
totalmente destruida, sin que ningún fragmento alcanzase el suelo en forma de
meteoritos. Los fragmentos desprendidos del cometa 169P/NEAT producen la lluvia
de estrellas conocida como «alfa-Capricórnidas», que se encuentra activa desde
principios de julio hasta mediados de agosto.
Esta lluvia de estrellas, si bien presenta una baja
actividad, suele llevar asociadas bolas de fuego muy brillantes, como la
observada este pasado 8 de julio. El análisis de esas bolas de fuego permite a
los astrónomos determinar las propiedades físicas y la composición química de
este cometa. ABC