23 de marzo de 2010

OPINIONES VARIAS SOBRE LUCES EN TERREMOTOS TRIBOLUMNISCENCIA Y MICHAEL PERSINGER
Triboluminiscencia: El fenómeno luminoso propio de los terremotos
Aunque no es del todo conocido por la ciencia, el fenómeno lumínico azulado que sucede durante terremotos y otros movimientos tectónicos, se piensa que es producto de la reacción con el Nitrógeno atmosférico similar a lo que ocurre durante las auroras boreales y diferentes al estallido de transformadores del tendido eléctrico.
La base de datos Wikipedia explica que la triboluminiscencia se produce cuando chocan las placas tectónicas presionan al cuarzo y a otros cristales en ciertas regiones y por breves periodos. Esto causa que los enlaces atómicos, al romperse, produzcan plasmas.
Otra teoría:
Hace tres décadas Michael Persinger, psifisiólogo canadiense de la Universidad de Sudbury, Ontario, demostró estadísticamente la relación existente entre los movimientos sísmicos y los fenómenos luminosos desconocidos. Hoy en día esta teoría para explicar el fenómeno Ovni no está olvidada, y menos cuando los datos comparativos nos dicen claramente que los Ovnis aparecen justamente en los días próximos a los movimientos subterráneos de tierras y rocas
A comienzos de los años sesenta Persinger declaró en diferentes medios informativos y cátedras universitarias que en áreas con fallas geológicas y actividad sísmica notable se producían con mayor frecuencia observaciones de Ovnis. La teoría denominada “Tectonic Strain Theory of Ufos” explicaba cómo las tensiones producidas por rocas subterráneas durante los movimientos sísmicos provocan una descarga de energía luminosa de composición piezoeléctrica que se manifestaría en formas de esferas de color, columnas luminosas, luces a ras de suelo y alteraciones electromagnéticas, las cuales actuarían sobre objetos y también personas. Estas manifestaciones fueron recibidas con cierto escepticismo en los medios científicos especializados. Persinger fue mucho más lejos en sus declaraciones y no dudó en relacionar estas cargas piezoeléctricas que nacen de la Tierra con personas que presentaban una mayor actividad en el lóbulo temporal de cerebro.
El debate que se plantea entre las posibilidades que el fenómeno de las abducciones tenga una explicación en experiencias traumatizante durante alguna etapa de la vida del paciente, o que sea producto de la existencia de estados alterados de la conciencia, influidos por ciertos tipos de ondas electromagnéticas, resultantes de las placas tectónicas, nos abre un abanico nuevo de posibilidades, ya que estas descargas energéticas muy elevadas, al estimular zonas específicas del cerebro humano nos harían depender de una forma casi umbilical de nuestra Madre Tierra. Sin embargo, deja sin explicación algunos puntos importantes ¿Por qué sólo una minoría de las personas sería sensible a dichas ondas? ¿Por qué estos estados alterados se darían generalmente por la noche cuando se duerme y no durante la siesta, por ejemplo? ¿Por qué las personas que viven lejos de una falla geológica también observan el fenómeno?
Aunque la teoría de las placas tectónicas de Persinger parece débil en ciertos aspectos, las estadísticas son demoledoras. En estudios realizados en los mayores movimientos sísmicos que se produjeron en el planeta en 1960, Persinger logró determinar que casi en más de un 90% de los casos los terremotos fueron acompañados con testimonios de Ovnis. En la estadística mencionada se puede comprobar claramente que nueve casos ocurrieron el día anterior, ocho el posterior, y los restantes (dieciocho) el mismo día.
Seguidores de la teoría de Persinger han continuado confeccionando este recuadro y hasta hoy en día estas estadísticas han mantenido este curioso “sincronismo” Siguiendo en el análisis del cuadro se puede comprobar que ocurrieron en las “líneas o zonas de fractura” regiones de gran actividad volcánica y sísmicas de nuestro planeta. También contamos con los estudios realizados por el analista francés Lagarde, quien sostiene que la oleada francesa de 1954 las pariciones de Ovnis era más frecuente. Estos datos aportados en la época de Persinger han sido relacionados con nuevos estudios más recientes, y, al parecer, las estadísticas dan la razón a las observaciones del científico canadiense, aunque a nivel ufológico deja muchas dudas aún por resolver.

Fuentes: La Nación; Williams Courney Investigation; Archivos IIEE