23 de marzo de 2007

“Desclasificación Ovni” al estilo chileno La manipulación del tema de los Ovnis, sigue... Las Fuerzas Armadas de Chile, que se caracterizan por su disciplina y organización prusiana y corporativa, de poseer documentación clasificada secreta sobre posibles Ovnis que sobrevuelen sin permiso nuestro cielo patrio ¿A quien cree usted darían la información relevante sobre este asunto? ¿A la opinión pública? ¿Al Congreso Nacional? ¿Al Vaticano? ¿A las Naciones Unidas? y por último… ¿A los ufólogos de Chile? Permítanme dudarlo, y no por que los ufólogos de este país sean “chantas” sino por una simple razón de seguridad nacional, el tema seria tratado bajo secreto absoluto. Más aún, en un país donde hace algunos años atrás, estuvimos a pocas horas de una guerra con un país vecino, y recuerden que la mayoría de la población no tenía ni idea, o sea, el aparato militar chileno funciona eficientemente cuando quiere ocultar algo grande. En el caso de los Ovnis, creo que existen razones y formas para hacer posible este encubrimiento, sea en forma discreta y jugando con ciertos organismos que dicen proceder de la oficialidad vigente, o con la recurrente “desinformación” provocando noticias desproporcionadas y desmedida sobre el tema en concreto. Todos los países del mundo utilizan “tontos útiles” y técnicas de inteligencia subliminales, y actúan con toda normalidad dentro de lo que denominamos “legalidad”. Esto es atribuible a otros episodios de la vida nacional. Por lo tanto, no es novedad lo que ocurre en Chile con respecto a estas “desclasificaciones” virtuales y para la galería, más aún, cuando se junta el binomio “ufólogos con algunos militares” de común acuerdo. Las mayorías de las desclasificaciones en el mundo han sido “descafeinadas”. En España aún se discuten “desclasificaciones” y lo que ha significado después. Siempre ha sido lo mismo, los cuerpos uniformados jamás dejan contento a ningún curioso interesado en el tema, menos a un civil de la calle, y para que hablar de los ufólogos quienes se han ganado una reputación no muy adecuada en los últimos tiempos. Por lo menos, yo no les comunicaría ningún secreto que atañera a la seguridad del país, sin antes averiguar a quien tengo frente mío. Perdonen, mi desconfianza, pero yo no sé las intenciones de estas naves voladoras sin identificar. Este tema tan manoseado en el mundo de los Ovnis, siempre ha sido utilizado, incluso por afamados investigadores, como es el caso de J.J. Benítez, que más de una vez mencionó tener datos muy importantes aportados a su persona por el difunto Augusto Pinochet, respecto al caso del ex Cabo Valdés. Nunca se ha logrado averiguar algo más de que trataba esta “información” clasificada como de alto “secreto de estado”. Seguramente, este asunto se convertirá pronto en otro best-seller del español ahora escritor. Sin embargo, para los jóvenes recién llegados al tema de los Ovnis, y fanáticos sin planteamientos críticos, todavía resulta interesante y atractivo hablar de esta relación: Ovnis-militares. Esto lo saben ciertos “dinosaurios viejos de la ufología chilena” quienes ven la posibilidad de seguir navegando en este mundillo consumista a costa de los Ovnis. O sino vean el precio de la entrada de este evento anunciado hace poco en la capital. Los que llevan años en estos temas, saben que las imágenes mostradas en dicho evento, están más repetidas que las noticias sobre la Marlene Olivari y su esposo gruñón, e incluso algunas de estas imágenes “exclusivas” tienen un origen muy peculiar, por decir algo. Por último, estoy hasta la coronilla con los famosos “seres voladores o paracaidistas de Maipú” espero cambien la película para los próximos eventos, y bajen el precio de la entrada para los “tontos útiles”, entre ellos… yo Julián Lenguaraz.

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