OVNIS EN MAGALLANES
Por: Eugenio Bahamonde Pérez
Probablemente, para muchas personas, MAGALLANES, más que una palabra, es solamente un recuerdo de un navegante que
descubrió el Estrecho de Magallanes. Hoy, es una región que forma parte de un
país que se llama Chile.
Una hermosa región, donde existen lugares
que aún no han sido visitados por seres humanos. Una región con una belleza
turística inimaginable, con aguas sin contaminar, con hielos eternos que
comienzan a ceder ante "el gran avance de la tecnología". Una región
que no ha sido excepción ante temas enigmáticos, como el que comenzamos a
estudiar hace más de cuarenta años.
Aún en nuestra mente está viva la visión
de lo que pudimos observar, junto a varios compañeros del liceo, un mediodía de
fines del mes de Abril de 1954, o sea que este año cumpliremos 50 años de haber
visto en el cielo de mi querida ciudad, Punta Arenas, capital regional de
Magallanes, una esfera que estaba muy alto en un cielo, totalmente despejado,
lo que influía en su fácil ubicación. Estaba estático, su tamaño, como el de
una pelota de golf, brillaba ante un hermoso sol que no calentaba sino que nos
anunciaba que nos aproximábamos al crudo invierno. ¿Qué era aquello? Nos
preguntábamos unos a otros. Nadie nos entregaba una respuesta satisfactoria.
Nuestra inquietud aumentaba. Intrigado por lo que habíamos visto, después de
permanecer alrededor de casi una hora en la Plaza de Armas, cada cual se
dirigió a su respectivo hogar.
Al día siguiente, los medios de
comunicación informaron sobre lo que algunas personas habrían visto en el
cielo. Para ello consultaron a profesionales que de alguna manera tenían
conocimiento sobre la atmósfera o bóveda celeste.
Lamentablemente las opiniones eran
diferentes, para unos era el planeta Marte, para otros Venus. En todo caso era
un planeta.
Las condiciones climáticas se repitieron
al día subsiguiente, por lo que les dije a mis amigos que vayamos hasta la
Plaza para nuevamente observar, lo que hasta ese momento parecía ser un astro
celeste.
Nos acercamos hasta el mismo lugar en que
habíamos estado anteriormente y comenzamos a mirar hacia el punto en que
habíamos visto a la esfera. Buscamos y buscamos, estuvimos más de media hora
tratando de encontrarlo, ya que si era como informaban los periodistas el
supuesto planeta, debía estar allí o un poco más allá o un poco más acá, sin
embargo nuestra desilusión fue grande. Simplemente el planeta ya no estaba ¿Qué
sucedió, que ya no estaba a la vista? ¿Era posible que un planeta apareciera un
día y otro no?, miles de conjeturas, miles de preguntas se agolpaban en nuestra
mente. No pudimos encontrar una respuesta clara, una respuesta que dejara
satisfecha nuestra curiosidad.
De vez en cuando regresaba esa visión a
nuestra mente, como tratando de que no nos olvidáramos de lo sucedido. Así
llegó la hora de dejar a la querida Punta Arenas, para llegar hasta la capital,
Santiago, y continuar los estudios en la universidad. Un día domingo, compro un
periódico y leo una información en la que se invita a todas las personas
aficionadas a la Astronomía a participar de un curso básico que dictaría un
especialista. No alcanzo a terminar de leer el aviso y de inmediato visualizo
en mi memoria la situación vivida en la austral metrópolis. Lógicamente nos
fuimos a inscribir y al final del curso explicamos a nuestro profesor el motivo
de nuestra asistencia y lo ocurrido en Punta Arenas. Después de contarle
ampliamente lo que había sucedido, él efectuó los cálculos necesarios para
retrotraernos en el tiempo y observar la posición de los astros en ese día y
hora, manifestando posteriormente de que acuerdo a lo relatado y las
informaciones entregadas, en el día y hora mencionados, no era posible observar
planeta alguno.
¿Qué fue, entonces lo que observamos? En
lugar de quedar satisfechos con la respuesta, nuestra curiosidad creció y así
comenzamos a caminar en un tema que nos apasiona y al cual le debemos mucho, ya
que si bien las respuestas que uno desea obtener aún no se hacen presente,
hemos aprendido mucho sobre las ciencias del planeta, hemos abarcado campos
impensados, nuestros conocimientos sobre el COSMO, se han ampliado. Formamos
parte de un gran TODO.
Comienza entonces la búsqueda de una
clara respuesta a lo ya visto, búsqueda lenta al principio, pero que después de
ir reuniendo antecedentes se fue pronunciando más y más en nuestro hacer
diario. Van apareciendo hechos y nombres que van quedando grabados en nuestra
memoria, Capitán Mantell, primer mártir en el tema de la ovnilogia. Kenneth
Arnold, comerciante que denunció haber volado junto a "nueve tazas voladoras".
George Adamski, ciudadano polaco radicado en estados Unidos, que manifestó
haber tenido contacto con seres de Venus. En fin de pronto, y sin haberlo
pensado, estamos investigando un fenómeno que parece dar respuesta a nuestra
juvenil inquietud. Y en este trajinar, conversando larga horas con estudiantes
de astronomía, historia, y otras profesiones, sobre las posibilidades de vida
en el resto del sistema planetario, llegamos a concluir que era posible y más
aún en la inmensidad cósmica, no podíamos ser los únicos privilegiados.
Pasan los años y un buen día me llama un
gran amigo historiador que estaba efectuando un trabajo investigativo y me
dice: "Eugenio, me parece que este dato que te voy a entregar te debe ser
de utilidad", y cuál fue ese dato? El que narra en su libro Pedro
Sarmiento de Gamboa, el 7 de Febrero de 1580 y que dice:
"Esta noche a una hora de ésta, a la
banda de sureste, cuarta al sur, vimos salir una cosa redonda, bermeja como
fuego, como una darga que iba subiendo por el cielo o viento. Sobre un Monte
alto se prolongó y estando como una lanza sobre el monte se hizo como media
luna, entre bermeja y blanca"
Indudablemente que esta información vino
a dar un espaldarazo a nuestra investigación. No eran conjeturas. Un hecho
histórico avalaba la idea de que existían situaciones anómalas en todas partes
del mundo. De allí en adelante han sido 40 años de trabajos en terreno, en
bibliotecas, en conversar con gran cantidad de personas que de una u otra
manera se han visto involucrados en estos temas.
Y como digo al finalizar mis charlas en
mi programa de televisión en ITV PATAGONIA CANAL puntarenense, "NO ESTAMOS
SOLOS EN EL COSMOS"
Fuente: Archivos IIEE de Chile