Según antecedentes que han llegado a nuestra redacción, la señora Sandra Loreto Bastías Alvarado de 54 años, divorciada, con estudios medios, de profesión secretaria y diseñadora, tuvo una extraordinaria experiencia en el año 1972, cuando tenía 12 años viviendo en la zona sur de Concepción.
El testimonio de esta persona es primera vez que sale a luz. Todo esto es, gracias a la labor recopilación del investigador Raúl Gajardo Leopold de la IX Región de nuestro país, quien en los últimos años se ha dedicado expresamente a recoger, investigar y ordenar una gran cantidad de datos y experiencias de esta tipología, los cuales llegan a su poder por ser ampliamente conocida su labor como ex Mayor ® de Carabineros de Chile y también en su labor ufológica en Angol
Todo ocurrió un anochecer de verano cuando la niña Sandra, jugaba en la calle con un grupo de niños. Entre estos niños estaba su hermana Odette de 16 años, otra hermana de nombre Mirka de 9 y Susan Gormann de 12, entre otros niños amigos (*) El juego era jugar a las “escondidas” y era alrededor de las nueve de la noche. Había escaso tránsito vehicular, el número de iluminarias públicas era uno cada cuatro casas, se podría catalogar el lugar como sombrío, apropiado a estas distracciones que jugaban los niños.
Cuando a la niña Sandra le correspondió “contar” en su turno del juego y estando con los ojos tapados con sus manos, escuchó como sus amigos gritaban como desesperados, diciéndole que se apartara del poste donde estaba. Cuando retiro sus manos de sus ojos pudo ver entre ella y el poste que había algo material liso, como un género de color verde oscuro grisáceo, opaco, en absoluta quietud. De la sorpresa sólo atinó a quedar inmóvil, pero sin miedo. Entonces comenzó a levantar la vista lentamente hasta ver una gran cabeza que sobresalía de unos hombros muy cuadrados y un cuello delgado y más largo de lo natural de lo que es un humano. Ella no huyó del lugar. Siguió parada observando al extraño ser que tenía una cabeza más grande que lo usual, en donde distinguió un mentón prominente terminado en punta, de donde apreció una cabeza ovalada y ensanchándose. No apreció nariz, no boca ni orejas. Lo que sí le impresionó fueron sus dos ojos inmensos, de color almendrados, que nacían al medio muy junto hasta sus sienes, de un color blanco intenso y en sus centros pupilas enormes y grandes de color negras, que abarcaban la línea vertical. Estas estaban fijas, sin movimiento alguno. La mirada, siempre según la testigo, era sin expresión, nos agrega no haberla olvidado nunca esa mirada y haberla tenido siempre presente.
Siguiendo la detallada descripción de la testigo, nos agrega que la frente de este extraño personaje era amplia, que su cabeza carecía de cabellos, no observó pestañas ni cejas. Sus ojos eran muy superiores al tamaño de los normales. Describe un rostro liso sin pómulos. Aquel ser la miró hacia abajo, no le vio color diferente en su piel, ya que toda la imagen que tenía al frente era del mismo color verde-grisáceo. Lo observó inmenso.
La altura del ser la testigo la determina por su altura de aquellos años (1,20 mts) y el poste donde ella estaba. Calcula la altura del ser entre 2 a 3 metros. Su vestimenta cuadrada en sus hombros tenía la característica de tres o cuatro pliegues gruesos muy notorios
La testigo añade que no observó piernas ni brazos. No estiró sus manos para tocarlo. Sólo levantó la cabeza para ver qué era eso tan extraño. Permaneció sin movimiento a pesar de la curiosidad que tenía. Lo único que hiso fue mirar hacia arriba y ver su mirada inexpresiva, con sus ojos fijos sin parpadeos.
Fue su hermana Odette, luego de varios segundos que la cogió del brazo derecho y la aparto de aquel lugar para llevarla a casa. Todo esto esto entre los gritos de sus amigos. En casa sus padres y varias amistades salieron a ver a la calle lo que los niños relataban entre gritos y no observaron nada en el lugar donde Sandra había tenido la visión. (**)
Siguiendo los recuerdos de Sandra, nos comenta que su estado era el de una persona “en estado de shock” sin reacciones, el cual le duro unas 3 a 4 horas. Quedó tranquila y pasiva recordando todos los pormenores de la experiencia. Los años siguientes fueron normales para su vida cotidiana.
Algunos detalles más:
(*) Nombre de los otros niños y edad que jugaban junto a Sandra
José Luis de 15 años; Marcela Sariego de 16 y Jaime Gormann de 17
(**) Personas que estuvieron presentes buscando el ser anómalo
Sra. Blanca Alvarado madre de Sandra; El padre de Jaime Gormann; y la madre de la niña de apellido Sariego.
Nota al margen:
Hemos incluido el dibujo realizado por la propio testigo Sra. Sandra Bastías Alvarado. En nuestros archivos hemos encontrado otro caso donde el testigo comenta hombros cuadrados de un ser, su mentón puntiagudo, cuello largo, como algunos datos concordantes con lo descrito por la Sra. Sandra. En nuestros archivos hay dos testimonios más concordantes con lo anterior ocurridos en otras partes mundo. (Nota de Redacción)
Fuente: Raúl Gajardo L.