OSVALDO MURAY: SU HIPOTESIS
Dos accidentes aéreos - uno de ellos mortal - obligan a sacar del baúl de los recuerdos la ya antigua época del Triangulo de las Bermudas, obviamente, entre quienes tienen ese baúl de recuerdos en el disco duro de la memoria..-
El primero de ellos ocurrió el 1 de junio del presente año, cuando un Airbus de Air France, realizando el vuelo 447, salio desde Río de Janeiro con destino a París, llevando 228 personas a bordo entre pasajeros y tripulantes. Cuando la aeronave se encontraba a más de treinta mil pies de altura y a 900 millas de la costa brasileña, se precipitó al Atlántico pereciendo todos los ocupantes. La explicación oficial fue que el aparato pasó por el centro de una tormenta eléctrica y eso causo la tragedia, al alterarse sus instrumentos, pero luego surgió una explicación mejor:
Un piloto de Iberia que el 9 de mayo del 2001, volaba un boeing 747--300, a más de treinta mil pies y teniendo fuera una temperatura de 48 grados bajo cero, comenzó a caer. La temperatura exterior es importante porque los motores deben ajustar su velocidad al aire que los rodea pero en ese momento cuando el boeing iba en el mismo lugar donde cayó el airbus, la temperatura fue afectada por un calor enorme procedente del fondo del mar y en menos de dos minutos, subió de los 48 grados bajo cero a 19 grados bajo cero. El piloto desconectó de inmediato el piloto automático, porque en caso contrario habría aumentado la velocidad de los motores para recuperar la altura, algo imposible con control manual, el piloto humano siguió volando más bajo y salvo la aeronave y sus pasajeros.
El segundo accidente afecto a un Boeing 767 de Continental Airlines, que salió el lunes 3 de agosto recién pasado desde Río de Janeiro con rumbo a Houston, (EE.UU.) llevando 168 pasajeros y 11 tripulantes. Cuando volaba sobre la isla de Gran Turca, casi pegada a Puerto Rico y sobre el Triangulo de las Bermudas, sorpresivamente cayó varios cientos de metros pero pudo llegar en aterrizaje forzoso a Miami donde atendieron a los 28 pasajeros que azotaron sus cabezas contra el techo del avión en la caída.. La versión oficial fue que el avión fue afectado por una turbulencia. En realidad una turbulencia muy cómoda para explicar lo sucedido, pero un joven pasajero entrevistado por la TV local, dijo algo distinto: “Caímos un buen rato y creí que terminaríamos en el fondo del mar...pero de pronto, "algo" detuvo la caída y nos comenzó a elevar hasta dejarnos volando normalmente y poder llegar en busca de auxilio para los heridos a Miami….”
Una situación muy curiosa pero Charles Berlitz en su notable libro "El Triangulo de las Bermudas" cuenta un caso semejante de un avión que volaba sobre el fatídico triangulo y comenzó a caer, y cuando sus pasajeros ya se veían en el fondo del Atlántico, un "algo" muy generoso los elevo de nuevo y los llevo hasta Miami donde pudieron aterrizar sin novedad.
Concluyamos: Un calor que sale del fondo del Atlántico y puede elevarse más de treinta mil píes y afectar lo que vuela en su entorno; un fenómeno que tira un avión al mar pero antes que caiga, lo detiene, le presta auxilio y lo eleva permitiéndole seguir volando y como ya lo dijimos, un fenómeno que no era el primero en esa región sea, hablando francamente, tenemos de nuevo al triangulo en acción, pero hay mas:
Hace entre ocho y diez mil años, ocurrió un fenómeno cósmico que arrojo en esa región del Atlántico, un objeto que hace brotar en pleno mar, una amplia zona de plantas, bautizada como el Mar de los Sargazos. Ese objeto cambia el espacio tiempo y traga barcos, aviones y hasta seres humanos que desaparecen de sus embarcaciones pero no sus naves. Ahora sabemos que un poco lejos del triangulo, algo emite un calor enorme que es capaz de elevarse y calienta 29 grados centígrados bajo cero, el aire que esta a 48 grados bajo cero sobre diez mil metros de altura.
Lo que sucedió hace miles de años es parte de una asombrosa teoría que daré a conocer dentro de algunos meses y vera la luz en un libro y, por supuesto, aquí en las páginas de la WEB del IIEE de Chile.
OSVALDO MURAY
PERIODISTA