18 de junio de 2009

REPORTER INEDITO DESDE ANGOL
Autor: Raúl Gajardo Leopold
Ex Mayor ® Carabineros de Chile
Se entrevista al señor don José Román Contreras Urra, 65 años, estudios 5º básico, actualmente mueblista, domiciliado en Rancagua 201, quien expuso:
“En el año 1965, en primavera, en los meses de octubre o noviembre, yo iba guiando una carreta a bueyes desde Angol, hasta la hijuela “los siete robles”, en el cerro los Placeres, distante unos 28 Km. al sur de Angol, en la cordillera de Nahuelbuta. Venía con otros dos familiares, la primera carreta era guiada por mi primo Honorio Contreras Reyes, en ese entonces de 18 años, la segunda carreta llevada por mi tío Romás Segundo Contreras Salazar, de unos 28 años, al medio, y yo al fina. Tenía como 20 años, habíamos venido a Angol a vender carbón de leña y regresábamos con las carretas vacías.
Amanecía, deben haber sido las 04:00 o 05:00, y en esa etapa del año aclara temprano. Ya se anunciaba el sol tras las montañas. Al llegar al sector del cerro Deuco hay un portón de madera para adentrarse en el Fundo Mahuida, que se asegura con cadenas, para que no salgan los animales vacunos o caballares al camino publico. Como yo iba al último, procedí a cerrar el portón y los bueyes siguieran su lento caminar por el camino vecinal hacia la hijuela. Habiendo asegurado las cadenas, aproveché de orinar. Ya se podía ver los alrededores en una distancia de 50 a 100 metros y uno se acostumbra a la oscuridad, así es que se ve muy bien.
En eso estaba, cuando por el lado del cerco, por una senda interior, ví de pronto a unos 10 metros venia hacia donde yo estaba orinando, una persona de mi estatura, 1,70 metros, delgado, tez indefinible aún, pelo normal, sin chupalla – sombrero de paja, sin nada en la cabeza y vestía como una tenida café bien claro, ajustada, como chaqueta y pantalón igual. Tenía facciones. Pero me llamó inmediatamente la atención QUE NO MOVIA LOS BRAZOS al caminar. Los llevaba como tiesos a los costados e igualmente las piernas NO LAS MOVIA AL AVANZAR, como que SE DESLIZABA SUAVE. No se escuchaba ningún ruido de hojas secas al ser pisadas, que hubiera sido normal.
Al pasar esa “persona” por delante mi, a unos 5 metros, no más bajó del sendero al camino público, de ripio, al que limitaba una cuneta para encausar las aguas – lluvias, de más o menos ½ metro de ancho por otro tanto de profundidad, estaba seco. Pero NO VI QUE LO SALTARA O QUE DIERA UN PASO MAS LARGO. EN ESE MOMENTO DESAPARECIO, DEJO DE SER VISIBLE. Todo esto, repito al frente mió. Entonces ante esto tan extraño que había ocurrido frente a mis ojos, me vino un miedo tremendo. Eso me dejo sorprendido y no supe que iba a pasar o pensar.
Sobreponiéndome, fui a ver ese lugar por donde había pasado la extraña persona, por que supuse que se podría haber caído a la cuneta, no estaba allí y no se por qué con mi garrocha – larga coligüe de 3 a 4 metros para conducir los bueyes, raspé con un extremo varias veces el fondo de la cuneta, al mismo tiempo que decía: ¿qué te pasó, qué te pasó?, Como no encontré nada, di la vuelta para seguir conduciendo la carreta con los bueyes, que no se habían detenido cuando oriné y ya iban por el camino a unos 50 a 100 metros, siguiendo normalmente a las otras dos carretas.
No había caminado ni dos pasos, cuando desde atrás me azotó un fuerte ramalazo de viento con un ruido como un “resuello” - Fuerte Expiración. Sólo alcancé a tomar mi chupalla con la mano derecha. También se pareció eso a un suspiro muy fuerte. No logré dar otros dos pasos, iniciando la carrera, CUANDO PERDI EL CONOCIMIENTO y lo vine a recuperar como una hora después y yo tirado en el piso de la carreta. Mi tío y primo no se dieron cuenta de nada. Después les conté.
Recuperé la conciencia en el lugar Los Monos, como a 4 kilómetros del portón de entrada.
No recuerdo nada de lo que ocurrió cuando comencé a correr hasta cuando estuve arriba de la carreta. Ahí me vine a dar cuenta que me dolía fuerte la mandíbula inferior, al costado izquierdo, que estaba y la sentía como descolocada. Este dolor también lo sentí cuando ese viento me golpeó desde atrás. Durante todos estos años este dolor me ha atormentado, pero ahora esto se ha agravado, así es que a fines de año recién pasado fui a atenderme al Hospital Regional de Angol, desde entonces quedaron de enviarme una hora de atención en rayos, pero ahora después de tantos meses, esto no ha ocurrido. Me molesta mucho. Voy a reclamar por esta situación.