OVNI triangular en Cuba * Años 50
La “Peña Psíquica” de Miami -
El mes pasado informábamos de las reuniones que se desarrollan los viernes últimos de cada mes, en las dependencias de la Miami Ufo Center (MUC). La “Peña psíquica” es una tribuna abierta a comentar todo tipo de experiencias anómalas y su principal gestor es el investigador Virgilio Sánchez-Ocejo.
Entre las interesantes experiencias aportadas por diferentes personas, una de ellas nos causo real impresión. Nos referimos a la del fotógrafo profesional J.Pedro Díaz, quien aparece en la fotografía de arriba junto a Sánchez-Ocejo. La resumimos a continuación:
Aunque sus recuerdos no le dan el año exacto del suceso, recuerda que era 1953 o 1954 en Cuba, y lo sitúa cerca de la localidad de Falcón, pueblo al Oeste de Placeta Las Villas, Provincia de Villaclara.
La acción se desarrolla en el interior de la finca de su abuelo, donde esta de visita la madre y el padre de nuestro protagonista (J. Pedro Díaz) y la familia juega una partida de brisca (conocido juego de cartas. Recuerda un silencio en el campo, el cual es roto por un gran alboroto con gritos incluidos. Eran sus tíos que venían gritando con otras personas desde la finca vecina situada a unas tres cuadras donde ellos se encontraban. Este grupo de personas gritaban “Una plancha”… “una plancha” y efectivamente a un distancia de media cuadra este grupo de personas llamaba la atención sobre un objeto que estaba a muy baja altura y que tenía la forma de una plancha hogareña, o sea aspecto triangular con los bordes laterales curvos y plano detrás, su aspecto era blanquesino. El campo estaba totalmente iluminado por la potentísima luz que emitía el objeto, era una luz que el testigo califica como “fría y blanca”, y la duración de la observación fue de unos dos minutos aproximadamente.
La familia reacciona ante lo extraño de la situación y encierran a los niños en la casa, colocando tranca a la puerta, apagaron las luces y no se habla más de este asunto. Todo pasa a un increíble olvido.
J. Pedro, llega a Miami por los años 70 y es en esta ciudad cuando adquiere memoria de lo sucedido, y pese a sus consultas a los familiares de la isla y sus indagaciones al respecto advierte que nadie se acuerda de este episodio narrado anteriormente. Es así como a mediados de estos años setenta, transcurridos casi 20 años de la experiencia vivida en Cuba, una tarde trabajando en la azotea de su casa, instalando una antena especial para su servicio, de pronto se sintió observado y tuvo la sensación de la presencia de “algo” lo examinaba, J.Pedro se volteó y vio un resplandor amarillo anaranjado que se desplazaba a ras de las casas, con forma de plato, añade que era como el de la película “Independence Day” al pasar por arriba de ellos logró divisar unas especies de pantallitas como de radar cuadriculadas en su estructura. El testigo quedo paralizado por la impresión. Agrega que se desplazaba en dirección sudoeste al noreste, transversal hacia el norte, pasó justamente sobre la cabeza del testigo, y se detuvo en el aeropuerto de Opa-locka y lo vieron lanzar un rayo de luz fulgurante y desapareció en dirección a las Bahamas… volvieron junto a su padre al proyecto que trabajaban en la azotea sin antes de haber contrastado la visión de ambos que concordaba totalmente, pero no habian pasado cinco minutos cuando nuevamente J. Pedro sintió que algo lo miraba, la presencia de algo que lo observaba nuevamente, venia otro objeto, logró recoger su máquina fotográfica preparada con rollo de transparencias, ajustes de velocidad en abertura, etc.. y se dispuso a una secuencia de fotos que lanzó cuando este nuevo objeto ya pasaba arriba de ellos. Este objeto ofrecía las mismas características que el anterior, pudo apreciar la misma acción de este objeto que desapareció luego de emitir una luz fulgurante frente al aeropuerto.
Esta experiencia lo hizo poner atención a los medios de prensa y televisivos, los cuales informaron ampliamente de la presencia de extrañas luces sobre Miami en aquellos días.
Al pasar una semana su padre y J. Pedro tuvieron unas extrañas marcas en su rostro, que él calificó como “lunares” pero según Virgilio Sánchez-Ocejo eran de color rojizo y podrían haber sido algún tipo de quemaduras por lo cerca que pasaron estos objetos de estos testigos.
Las fotografías sacadas por J. Pedro al objeto que pasaba sobre sus cabezas, salieron sin nada extraño reflejado, sí captó la luna y algunas estrellas corridas nitidamente... del objeto, nada en absoluto.
J. Pedro a la fecha piensa que esta última experiencia tiene de algún modo relación con lo que vivió en Cuba en los años cincuenta, pues sus recuerdos se han reactivado y aún cree que puede haber más información al respecto. En la actualidad es un fotógrafo profesional, con un ganado prestigio y colabora activamente con la Miami Ufo Center.
NOUFA agradece las facilidades ofrecidas por la Miami Ufo Center para realizar este reporter en USA
Raúl Núñez
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