BATALLA AEREA SOBRE LOS CIELOS DE VIELLA
Irene Gutiérrez silenció durante muchos años dentro de sí la experiencia de haber observado una verdadera "batalla aérea" en los cielos de la localidad de Viella en Cataluña a mediado de los años ochenta.
Los hechos ocurrieron cuando Irene se encontraba pernoctando al aire libre junto con su compañero Oscar a las afuera de Viella (Lleida) a espera que comenzará la Feria de Artesanos que se realizaba cada año en esta localidad.
Irene miraba hacia arriba, no podía dormir, quizás debido al cansancio del viaje. Fue en esos momentos cuando observó un circulo de luz de color rojizo que avanzaba con majestuosidad por aquel cielo negro. Él círculo rojizo avanzaba lentamente, pero su sorpresa fue mayor cuando observó en sentido contrario otro círculo pero de color verde que también avanzaba despacio al encuentro del rojizo.
Irene observó que el círculo rojizo era mucho más pequeño que el verde, y que ambos se detenían uno frente a otro.
Su sorpresa aumenta cuando vio que de ambos círculos salían pequeños círculos que emitían luces rápidas como en actitud de ataque. Los círculos rojizos se movían con gran movilidad y era difícil seguirlos, pero el intercambio de luces y fulgores entre los pequeños círculos que habían salido de los círculos grandes era implacable y a pesar de no sentirse ningún ruido se apreciaba una tenaz persecución entre unos y otros. Esta persecución acabó cuando los pequeños circulos verdes volvieron adentrarse en el gran circulo verde y se comenzaron alejar del lugar del encuentro.
A pesar de todo, los circulos pequeños rojizos continuaban una implacable persecución al circulo verde que ya comenzaba a emitir una fortísima luz y se alejaba cada vez más rápido del lugar.
Según declaraciones de la testigo, la escena duró casi cuatro minutos interminables, donde al final los pequeños circulos rojizos entraron también en su circulo grande y fueron detrás del circulo verde que ya se alejaba rápidamente, a una velocidad totalmente diferente al circulo rojo que era mucho más lento en su desplazamiento.
La escena causó gran inquietud a Irene, un sudor frío invadió su cuerpo y casi quedo sin voz, mientras trataba de avisar a su compañero Oscar, quién solo pudo atestiguar el estado en que se encontraba su compañera cuando se despertó. Su inquietud duro varias semanas y el hecho quedo grabado en su mente para siempre, ya que según palabras textuales: "aquello era una verdadera batalla celestial, donde las lucecitas aquellas actuaban inteligentemente y se perseguían unas con otras".
Investigaciones posteriores en el lugar de los hechos determinaron que existían otras personas que habían observado lo mismo aunque de diferentes posiciones geográficas y aunque no quisieron prestar sus nombres ni aceptaron fotos de sus personas quedo comprobado que no solo Irene había observado tan peculiar episodio celestial
Existe también una observación parecida que quedo registrada en un códice del historiador catalán Jeroni Pujades, que a partir de 1601 llevó durante 30 años anotaciones diarias de los hechos ocurrido en la Comarca cercana a Seo de Urgell.
Es así como el día 30 de Septiembre de 1604, día Jueves festividad de San Jerónimo, quedo registrado otro hecho cercano a los terrenos de Pons, donde se vio una batalla en el cielo donde "grandes escuadrones de gentes de armas batallaban con gran furor y ruido de armas". Este hecho se propago rápidamente y acudió una gran cantidad de gente a ver esta misteriosa batalla celestial. El hecho fue acompañado con la observación de unos extraños pájaros que según el cronista de la época los identificó como Estorninos de muchas patas y alas como langostas. Además se vieron grandes barras de fuego, muy luminosas que acompañaron todo el portento.
Para mayor curiosidad podemos añadir que Antonio Ribera recoge en su excelente obra "Las Máquinas del Cosmos" otro episodio de una batalla celestial que él denomina "Guerra de las Galaxias" echo ocurrido en México y recogido por el periódico El Sol, donde masas brillantes de gran tamaño se enfrentan en una verdadera batalla celestial con otras masas brillantes más pequeñas, con explosión incluida.
El testimonio de Irene Gutiérrez ha sido inalterable durante varios años que ha deseado mantener silencio. Su caso a sido comentado en circulos muy reducidos de investigadores. Asegura estar totalmente segura que lo visto por ella es real y eran inteligencias guiadas las que se enfrentaban en los cielos de Viella.
¿Qué observó exactamente Irene?
La teoría del investigador español Salvador Freixedo que en nuestra galaxia existen varios tipos de entidades extraterrestres y que no todas son angelicales y con buenos propósitos una vez más queda registrada ante testimonios como los de Irene Gutiérrez.
Nos preguntamos por qué razón no pueden existir entidades violentas como lo somos nosotros. La imagen de seres angelicales, llenos de amor y fraternidad ¿Por qué?
Otro misterio que añadir a este gran puzzle que es nuestro mundo que nos rodea y que apenas conocemos.
Fuente: Boletín BUSQUEDA (Gerona, España)
Texto. Raúl Núñez