SON NAVES QUE VIAJAN POR EL ESPACIO TIEMPO
Si existe un personaje de
moda en el mundo de la ufología, ese es Luis Elizondo, ex oficial de
inteligencia de la DIA –el servicio secreto del Ejército de EE UU– que dirigió
entre 2010 y 2017 el Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales
Avanzadas (AATIP, por sus siglas en inglés), en realidad un proyecto
dependiente del Pentágono y centrado en la investigación del fenómeno OVNI. En
octubre de 2017, Elizondo decidió dimitir y dar a conocer el programa secreto a
periodistas del diario The New York Times, cansado del excesivo secretismo y de
la falta de interés de sus superiores en ahondar en el fenómeno, puesto que
preferían centrarse en el asunto de la tecnología que emplean estos aparatos
para desplazarse.
En unas recientes
declaraciones, Elizondo ha confesado que de los numerosos casos que él y su
equipo analizaron cuando estaba al frente del AATIP, concluyeron que en los
encuentros cercanos con Ovnis se establece «una
distorsión alrededor del aparato volador, creemos que como resultado del método
de propulsión empleado (por dichos objetos)». Elizondo aseguró que se trata
de una especie de «burbuja alrededor del
No Identificado, porque este tiene la capacidad de curvar el espacio-tiempo en
un área localizada, así que la energía electromagnética se comporta de manera
diferente en esa zona».
Desde su punto de vista,
los Ovnis emplean un modo de desplazamiento muy por encima de nuestras
capacidades tecnológicas, puesto que se mueven «usando una gran cantidad de
energía para curvar el espacio tiempo ». Y añadió: «Creo que estamos muy cerca
de entender la física que emplean los Ovnis, y esto es muy emocionante. Por
primera vez, gracias a los avances de la física cuántica, tenemos una imagen
convincente del fenómeno al que nos enfrentamos». Esta capacidad para manejar a
su antojo el espacio-tiempo explicaría las sensaciones que revelan la mayoría
de los protagonistas de encuentros cercanos con Ovnis, como anomalías
temporales (por ejemplo, que la experiencia dura unos minutos, y luego resulta
que han transcurrido varias horas), espaciales (que cambian ciertos elementos
del entorno) y/o sensoriales (desaparece la sensación térmica, percepción de
permanecer en una realidad paralela, la ausencia de sonidos…).
CASO
EN ESPAÑA
Precisamente, poco después
de leer las palabras del ex agente de inteligencia, accedía a un caso ocurrido
en la localidad madrileña de Fuenlabrada, que apunta a la explicación ofrecida
por Elizondo. Según me narró en el mismo lugar de los hechos uno de sus
protagonistas, Jaime L., a las diez de la noche de un día de febrero de 1996
regresaba a casa por la calle Luis Sauquillo, cuando una luz muy potente lo
rodeó por completo. «Como estaba cerca de
la carretera, pensé que un camión se había salido de la calzada y se me estaba
echando encima, así que intenté protegerme. Me di la vuelta en cuestión de un
segundo, y entonces vi un chorro de luz que partía del cielo. Crucé a la acera
de enfrente para comprobar de qué lugar exacto salía esa luminosidad, y divisé
en el cielo, pero no demasiado alta, una esfera impresionante, del tamaño de
unos diez soles. Me di cuenta de que a mi lado había una señora tan sorprendida
como yo, mirando para arriba. Aquel objeto desprendía una claridad
impresionante, era como si se hubiera hecho de día».
Jaime también describió
una sensación común a muchos otros casos de encuentros con Ovnis: «A la vez que eso estaba ahí arriba, parado,
noté una extraña sensación de vacío. No se escuchaba el sonido ambiente, todo
estaba rodeado de un inexplicable silencio que no sé cómo describirte. A la vez
que eso estaba ahí arriba, parado, noté una extraña sensación de vacío
Los
coches pasaban por la carretera normalmente, nadie se paraba. Parecía que no
estuviera pasando nada. Además, no escuchaba el ruido de los automóviles.
Incluso veía que las hojas caídas de los árboles se movían por el suelo, pero
ni sentía ni oía el sonido del aire. Intercambié unas palabras con la señora
que estaba a mi lado. Me confirmó que, efectivamente, estaba viendo lo mismo.
Nuestras voces sonaban muy raras, como si estuviéramos solos en el mundo, con
una especie de eco. Qué sé yo cómo explicártelo. Era como si todo estuviese
ocurriendo en un estudio de grabación o algo así».
La mujer se marchó muy asustada y Jaime continuó observando el OVNI durante un par de minutos,
hasta que «aquel enorme sol empezó a
vibrar, disminuyó de tamaño o se contrajo sobre sí mismo, y salió disparado
hacia arriba en cuestión de décimas de segundo, dejando un rastro de chispitas.
No hay aparato humano que pueda realizar tal maniobra».
Según mi informante: «Cuando el objeto se contrajo, escuché un
ligero silbido, y cuando desapareció, el
típico ruido de algo rozando la atmósfera». Al igual que en infinidad de
casos de encuentros cercanos que he podido
investigar, da la impresión de que el fenómeno se muestra solo ante
ciertos testigos, pero no a otros.
¿Acaso ese enorme sol solo
interactuó con Jaime y la asustada mujer?
Luis Elizondo: "Son
naves que viajan por el espacio-tiempo"